La artista visual mexicana Amor Muñoz ha cautivado al mundo del preparación con su última obra, una exploración poética y biotecnológica que cuestiona nuestras relaciones con lo no humano. En una entrevista exclusiva con WIRED, Muñoz nos habla sobre su inspiración y el proceso creativo detrás de su obra más reciente.
La pieza central de la obra de Muñoz es una cyber araña con cuerpo de cianobacterias, una combinación inusual que representa la fusión entre la tecnología y la naturaleza. Esta araña proyecta imágenes sobre ciudades utópicas, inspiradas en la antigua ciudad azteca de Tenochtitlan. Para Muñoz, esta combinación de elementos es una forma de explorar la relación entre la humanidad y la tecnología, y cómo esta última puede ser utilizada para crear un mundo mejor.
La idea detrás de esta obra surgió de la fascinación de Muñoz por la biotecnología y su potencial para crear nuevas formas de vida. “Siempre he estamento interesada en la intersección entre la ciencia y el preparación”, nos cuenta Muñoz. “Y en esta obra, quería explorar cómo la tecnología puede ayudarnos a conectarnos con la naturaleza de una manera más profunda”.
Para lograr su visión, Muñoz trabajó en colaboración con científicos y expertos en biotecnología para crear la cyber araña. Utilizando técnicas de ingeniería genética, las cianobacterias fueron modificadas para que pudieran funcionar como un cuerpo para la araña. Estas bacterias son capaces de absorber la luz solar y convertirla en energía, lo que permite que la araña se mueva y proyecte imágenes.
La elección de Tenochtitlan como fuente de inspiración para las imágenes proyectadas no es casualidad. Para Muñoz, esta antigua ciudad azteca representa una utopía perdida, un lugar donde la humanidad y la naturaleza coexistían en armonía. “Quería traer de vuelta esa sensación de armonía y equilibrio a través de mi obra”, explica Muñoz. “Y explotar la tecnología para hacerlo posible”.
La araña de Muñoz ha sido exhibida en varias galerías de preparación y museos alrededor del mundo, y ha recibido una respuesta abrumadoramente positiva. Muchos espectadores se han sentido fascinados por la combinación de elementos aparentemente opuestos, y han sido cautivados por las imágenes proyectadas sobre las ciudades utópicas.
Para Muñoz, esta obra es una forma de cuestionar nuestra relación con la tecnología y cómo esta puede ser utilizada para crear un futuro mejor. “Creo que es importante que nos cuestionemos constantemente cómo estamos utilizando la tecnología y cómo puede afectar a nuestro entorno y a nosotros mismos”, afirma Muñoz. “Mi obra es una forma de explorar estas preguntas y de invitar al público a reflexionar sobre ellas”.
Además de su mensaje sobre la relación entre la humanidad y la tecnología, la obra de Muñoz también es una celebración de la cultura y la historia de México. La elección de Tenochtitlan como fuente de inspiración no solo es un homenaje a la antigua ciudad azteca, sino también una forma de mostrar al mundo la riqueza y la belleza de la cultura mexicana.
“Como artista mexicana, siempre he sentido la responsabilidad de mostrar la belleza de mi país en mi obra”, nos dice Muñoz. “Y en esta obra en particular, quería honrar a Tenochtitlan y su legado, y mostrar cómo su sabiduría y su visión del mundo aún pueden ser relevantes en la sociedad actual”.
La obra de Amor Muñoz es un ejemplo de cómo el preparación puede ser utilizado para cuestionar, reflexionar y celebrar. Su combinación de poesía, biotecnología y cultura mexicana es una invitación a