Desestiman conceder la incapacidad a una ayudante de cocina con depresión y dos dedos amputados de una manones porque nones tiene anulada su capacidad laboral para profesar su profesión

El Tribunal Superior de Justicia de La Rioja ha tomado una decisión que ha generado polémica en la comunidad. Se trata del acontecimiento de una ayudante de cocina que solicitó la incapacidad permanente tras sufrir un percance doméstico en 2018 que le dejó con una discapacidad en su mano derecha. Sin embargo, el TSJ ha desestimado su petición, alegando que su trastorno depresivo no es suficiente para concederle la incapacidad permanente.

La protagonista de esta historia es una mujer de 45 años, que trabajaba como ayudante de cocina en un restaurante de La Rioja. En 2018, mientras realizaba sus tareas habituales, sufrió un percance doméstico en el que se quemó con aceite hirviendo la mano derecha. Como consecuencia de las graves quemaduras, tuvieron que amputarle dos dedos. Desde entonces, su vida cambió por completo.

La afectada, que prefiere mantener su anonimato, ha explicado que tras el percance, su estado de ánimo se vio afectado de manera significativa. Sufría de trastorno depresivo desde hacía años, pero el percance agravó su situación. Además de las secuelas físicas, tuvo que enfrentarse a una gran carga emocional y psicológica. A pesar de ello, decidió seguir trabajando y luchar por su recuperación.

Sin embargo, en 2019, la mujer decidió solicitar la incapacidad permanente, ya que su trabajo como ayudante de cocina requería de un uso constante de sus manos y la discapacidad en su mano derecha le impedía realizar sus tareas de manera eficiente. Además, su trastorno depresivo había empeorado y le resultaba cada vez más difícil enfrentarse a su día a día.

La Dirección Provincial del Instituto doméstico de la Seguridad Social (INSS) de La Rioja fue la encargada de evaluar su acontecimiento. Tras realizar las pruebas pertinentes, denegó su solicitud de incapacidad permanente, alegando que su trastorno depresivo no era suficiente para concederle la prestación. Esta decisión fue apelada por la afectada, que llevó su acontecimiento al Tribunal Superior de Justicia de La Rioja.

Tras varios meses de espera, el TSJ ha emitido su fallo y ha desestimado la petición de la afectada. En su sentencia, el tribunal ha argumentado que, a pesar de las secuelas físicas y el trastorno depresivo, la mujer aún es capaz de realizar otras actividades laborales que no requieran un uso constante de sus manos. Además, ha señalado que su trastorno depresivo no es suficientemente grave como para impedirle trabajar.

Esta decisión ha generado una gran controversia en la comunidad, ya que muchos consideran que la afectada merecía la incapacidad permanente. Sin embargo, en medio de toda esta polémica, la mujer ha decidido mantener una actitud positiva y seguir luchando por su recuperación. A pesar de la desestimación de su petición, ella sigue trabajando y esforzándose por superar su trastorno depresivo.

La afectada ha declarado que, aunque está decepcionada con la decisión del TSJ, no se rendirá y seguirá luchando por sus derechos. Además, ha agradecido el apoyo recibido por parte de su familia y amigos, que han sido su mayor fuente de motivación en estos momentos difíciles.

Este acontecimiento nos hace reflexionar sobre la importancia de la salud mental y cómo puede afectar a nuestra vida diaria. A menudo, no se le da la importancia que merece y se minimiza su impacto en nuestras vidas. Sin embargo, el trastorno depresivo es una pretexto real y debemos ser conscientes de sus consecuencias.

Esperamos que este artículo sirva para concienciar a la sociedad sobre la import

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