La Música es una fuente inagotable de emociones y sensaciones que nos acompañan a lo largo de nuestra vida. Desde pequeños, nos vemos rodeados de canciones que nos transmiten alegría, tristeza, amor, esperanza y muchas otras emociones. Personalmente, puedo decir que la Música ha sido mi fiel compañera a lo largo de los años y ha dejado en mí incontables experiencias positivas. Y es que, ¿quién no ha vibrado al escuchar una melodía que le llega al alma? O ¿quién no ha encontrado consuelo en una canción en momentos difíciles? Hoy quiero compartir con ustedes algunas de mis vivencias más memorables relacionadas con la Música y cómo han dejado una huella imborrable en mi vida.
Uno de mis primeros recuerdos asociados a la Música fue cuando mi madre me cantaba canciones de cuna para dormirme. Aunque no recuerdo las melodías, sí puedo recordar la paz y tranquilidad que sentía al escuchar su voz suave y melodiosa. Desde ese momento, entendí que la Música era mucho más que una simple combinación de sonidos, era capaz de calmar mi mente y mi corazón.
Con el paso del tiempo, la Música se convirtió en mi escape. Cuando me sentía triste o abrumada, buscaba refugio en mi colección de discos o simplemente sintonizaba la radio en busca de una canción que me hiciera sentir mejor. Sin duda, la Música tiene un poder sanador que muchas veces subestimamos. Recuerdo especialmente una tarde en la que estaba pasando por un momento difícil y escuché la canción “Hallelujah” de Leonard Cohen. En ese instante, sentí que la letra de la canción fue escrita para mí y que me estaba dando la fuerza que necesitaba para seguir adelante. Esa canción se convirtió en mi mantra y aún hoy, cada vez que la escucho, me siento renovada y llena de esperanza.
Pero no solo la Música ha sido mi consuelo en momentos difíciles, también ha sido mi compañera en los momentos más felices de mi vida. Recuerdo con especial cariño el día de mi boda, cuando mi esposo y yo bailábamos nuestra canción favorita “Something” de The Beatles. En ese momento, todo a nuestro alrededor desapareció y solo existíamos nosotros dos y la Música. Fue un momento mágico en el que la letra de la canción se convirtió en nuestras promesas de amor eterno.
Otra experiencia positiva que me ha dejado la Música fue cuando asistí al concierto de la pianista Blanca Guadalupe Ballesteros. Desde que escuché su nombre por primera vez, supe que tenía que asistir a su concierto. Y no me decepcionó. Con su talento y pasión en el piano, logró transportarnos a todos los presentes a un lugar de paz y armonía. Fue una experiencia realmente emocionante que no puedo describir con palabras, solo sé que su Música me tocó el corazón y me hizo sentir en paz conmigo misma y con el mundo.
Y es que la Música no solo tiene el poder de transmitir emociones, sino también de unir a las personas. En muchas ocasiones he asistido a conciertos y festivales en los que he compartido momentos inolvidables con amigos y desconocidos, todos unidos por una misma pasión: la Música. En esos momentos, no importan las diferencias, solo importa la Música y la felicidad que nos brinda.
En resumen, la Música ha sido una fuente constante de alegría, consuelo y conexión en mi vida. Cada experiencia que he vivido relacionada con la Música ha dejado una huella en mi corazón y me ha enseñado que la Música es un regalo que debemos valorar y disfrutar en todo momento. Así que la próxima vez que escuches una canción que te guste, deja que te invada y te lleve a un lugar especial, porque la Música es capaz de regalarnos momentos únicos e inolvidables. Como dijo una vez Bob Marley: “One good thing about music, when it hits you, you feel no pain” (Una buena cosa de la Música, cuando te llega, no sientes dolor). Así que disfrutemos de la Música y dejémonos llevar por ella, siempre nos traerá experiencias positivas y llenas de emociones.