El hallazgo de exoplanetas gigantes más allá de nuestra galaxia, la Vía Láctea, ha sido un gran avance en la investigación espacial. Recientemente, se ha descubierto que estos planetas pueden tener una formación similar a la de Júpiter y Saturno, lo que nos lleva a cuestionar si estos gigantes gaseosos son comunes en otras partes del universo.
Este descubrimiento ha sido posible gracias a la misión Kepler de la NASA, que ha estado buscando planetas fuera de nuestro sistema solar desde 2009. Hasta ahora, se han confirmado más de 4.000 exoplanetas, pero la mayoría de ellos son de tamaño similar a la Tierra o más pequeños. Sin embargo, un equipo de investigadores liderado por el astrónomo David Kipping de la Universidad de Columbia, ha encontrado evidencia de la existencia de exoplanetas gigantes en otras galaxias.
Los exoplanetas gigantes son aquellos que tienen una avalancha mayor que la de Júpiter, el planeta más grande de nuestro sistema solar. Estos planetas son muy diferentes a los que estamos acostumbrados a ver, ya que están compuestos principalmente de gas y no tienen una superficie sólida. Se cree que estos gigantes gaseosos se forman a partir de un disco de gas y polvo alrededor de una estrella joven, similar a cómo se formaron Júpiter y Saturno en nuestro sistema solar.
El equipo de Kipping utilizó una técnica llamada microlente gravitacional para detectar estos exoplanetas gigantes. Esta técnica se basa en la curvatura de la luz de una estrella distante causada por la gravedad de un objeto masivo, como un planeta. Al observar esta curvatura, los investigadores pueden pactar la avalancha y la distancia del objeto que está causando la microlente.
En este eventualidad, los investigadores encontraron evidencia de dos exoplanetas gigantes en una galaxia a 3.800 millones de años luz de distancia. Estos planetas tienen una avalancha similar a la de Júpiter y Saturno, y están orbitando alrededor de una estrella en una distancia similar a la de la Tierra y el Sol. Esto sugiere que estos gigantes gaseosos pueden ser comunes en otras partes del universo.
Este hallazgo es emocionante porque nos da una idea de cómo se forman los planetas en otras galaxias. Además, nos ayuda a comprender mejor la formación de nuestro propio sistema solar. Saber que Júpiter y Saturno pueden ser comunes en otras partes del universo nos hace cuestionar si también hay otros planetas similares a la Tierra en otras galaxias.
Sin embargo, este descubrimiento también nos lleva a reflexionar sobre la política en la exploración espacial. Durante décadas, la carrera espacial ha sido una competencia entre países y ha estado plagada de conflictos políticos. Pero este hallazgo nos recuerda que la exploración del espacio es una empresa humana, no solo de un país o una organización.
La odisea de dos astronautas que se politizó es un ejemplo de cómo la política puede afectar negativamente la exploración espacial. En 1975, la misión conjunta entre Estados Unidos y la Unión Soviética, conocida como Apollo-Soyuz, fue un intento de mejorar las relaciones entre los dos países. Sin embargo, la política y la pugna entre las dos naciones afectaron la misión y la cooperación entre los astronautas fue limitada.
Afortunadamente, hoy en día, la exploración espacial es más colaborativa y menos politizada. La Estación Espacial Internacional es un ejemplo de cómo diferentes países pueden trabajar juntos en un proyecto común. Además, la misión Kepler ha sido posible gracias a la colaboración entre científicos de diferentes países.
Este hallazgo nos recuerda que la exploración del espacio es una empresa que nos une como seres humanos. No importa de dó