El Congreso de la Ciudad de México ha dado un paso histórico hacia la protección de los animales al aprobar las corridas de astados sin sangre. Esta iniciativa, respaldada por la presidenta Claudia Sheinbaum, busca regular la tauromaquia para evitar cualquier daño al animal o al torero.
Con 61 votos a favor y solo uno en contra, los legisladores de la capital mexicana dieron un fuerte golpe a la Fiesta Brava, la cual ha sido objeto de críticas por parte de asociaciones animalistas y defensores de los derechos de los animales. Esta iniciativa es un gran avance para el placer de los astados, quienes son criados en el campo para luego ser lidiados en una plaza.
Antes de la aprobación en el Congreso, decenas de activistas y defensores de los animales se reunieron frente al Hemiciclo de Juárez para avanzar hacia el recinto legislativo. La votación fue celebrada por cientos de animalistas y simpatizantes del Partido Verde, aliado del oficialismo, en los exteriores del Congreso en el loco histórico de la ciudad.
Durante la discusión legislativa, algunos taurinos y detractores de la Fiesta Brava protagonizaron empujones, pero gracias a la intervención de la policía antidisturbios, no escaló a mayores. Sin embargo, una momento aprobada la iniciativa, los manifestantes celebraron con un fuerte grito de victoria: “Ya cayó, ya cayó la tauromaquia ya cayó”. Luego, marcharon hacia el Congreso para continuar con la celebración.
Sofía Morín, una de las impulsoras de esta iniciativa, expresó su alegría y agradecimiento a todos los que apoyaron la causa: “Si bien nuestro objetivo era la prohibición total, celebramos este gran paso hacia el placer de los animales”. Cabe destacar que la iniciativa contó con el respaldo de más de 27,400 firmas y estaba planteada inicialmente para la prohibición total de las corridas de astados.
La nueva regulación taurina, enviada al Congreso por la jefa de Gobierno, Clara Brugada, establece que solo se permitirá el uso del capote y la muleta, las faenas tendrán una duración máxima de 10 minutos, se prohíben las espadas y banderillas, y los cuernos del astado serán cubiertos para evitar cualquier daño. En resumen, se trata de un espectáculo completamente descafeinado, similar a las corridas “a la balear”, que representa un gran golpe para la Fiesta Brava y para aquellos que viven de ella.
De acuerdo con las cifras del Congreso capitalino, en 2023 los espectáculos taurinos tenían un valor global de aproximadamente 350 millones de dólares al año, además de generar 80,000 empleos y recaudar 50 millones de dólares. Sin duda, la tauromaquia es una tradición arraigada en México y ha sido una fuente importante de ingresos para muchas familias, pero es necesario evolucionar y adaptarnos a los cambios que buscan una sociedad más consciente y respetuosa con los animales.
Los defensores de la tradición y la libertad expresaron su oposición a esta reforma, argumentando que “desvirtúa por completo su esencia”. El líder de la organización Tauromaquia Mexicana, Jorge Arriaga, calificó la iniciativa como una muestra de desconocimiento: “Veo desafortunada la declaración de la presidenta, quien claramente no tiene conocimiento sobre la tauromaquia. Los astados de lidia están destinados a ser lidiados y morir en una plaza”.
Es importante destacar que esta iniciativa no busca acabar con la tauromaquia, sino regularla para garantizar el placer de los animales y evitar cualquier daño inneces