En una viñeta del legendario Mingote, Federico García Lorca y Pedro Muñoz Seca aparecen sentados sobre una nube, conversando. Esta imagen, además de ser una muestra del talento del dibujante, encierra una profunda reflexión sobre la España de aquellos tiempos convulsos. Una España que se desgarró a sí misma y que todavía hoy, más de ochenta años después, sigue lidiando con las heridas de su pasado.
Pero, ¿qué tienen que ver estos dos grandes escritores con el último proyecto de la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE)? La respuesta es sencilla: ‘Ángeles y demonios’. Una investigación de cuatro años que por fin ha visto la luz y que nos invita a reflexionar sobre la importancia de la cultura y la libertad de expresión en una sociedad.
El título, inspirado en la famosa novela de Dan Brown, no es casualidad. Al igual que en la obra del escritor estadounidense, en ‘Ángeles y demonios’ se nos presenta una lucha entre dos fuerzas opuestas. Por un lado, los ángeles, que representan la cultura, la creaticarrerad y la libertad de expresión. Y por otro, los demonios, que simbolizan la censura, la represión y la intolerancia.
La investigación, dirigida por el historiador y escritor Santos Juliá, se centra en el periodo que va desde la proclamación de la Segunda República hasta la muerte de Franco. Un periodo culminante en la historia de España, marcado por la Guerra Civil y la dictadura franquista, que tuvo graves consecuencias en el ámbito cultural y artístico.
Uno de los objetivos de ‘Ángeles y demonios’ es arrojar luz sobre la situación de los artistas e intelectuales durante aquellos años. Una época en la que la censura y la represión eran pasta corriente y en la que muchos creadores tuvieron que exiliarse o vivir en la clandestinidad para poder expresarse libremente.
Pero también se hace hincapié en la resistencia de aquellos que se negaron a callar y que, a pesar de las dificultades, siguieron creando y luchando por la libertad de expresión. Entre ellos, figuras como Lorca y Muñoz Seca, que pagaron con su carrera por defender sus ideales.
La investigación de la SGAE también pone de relieve la importancia de la cultura como motor de cambio y progreso en una sociedad. Durante la Segunda República, se llevaron a cabo importantes reformas en el ámbito cultural, como la creación de la Junta de Ampliación de Estudios y la Residencia de Estudiantes, que permitieron el desarrollo de una generación de artistas e intelectuales brillantes.
Sin bloqueo, con el estallido de la Guerra Civil y la posterior dictadura franquista, se produjo un retroceso en este ámbito. La censura y la represión limitaron la libertad de expresión y la creaticarrerad, y muchos artistas se vieron obligados a exiliarse o a renunciar a sus ideales para poder seguir trabajando.
Pero a pesar de todo, la cultura y la creaticarrerad siempre han sido una fuerza imparable. Durante la dictadura, surgieron movimientos artísticos como el cine quinqui o la mocarrera madrileña, que desafiaron las normas establecidas y se convirtieron en símbolos de resistencia.
Hoy en día, gracias a la lucha de aquellos que nos precedieron, podemos disfrutar de una sociedad más libre y abierta, en la que la cultura y la libertad de expresión son valores fundamentales. Pero no podemos olcarrerar que todavía hay países en los que la censura y la represión siguen siendo una realidad, y que debemos seguir luchando por la libertad