Arqueólogos peruanos han hecho un descubrimiento excepcional en el sitio arqueológico de Áspero, ubicado en la circunscripción de Barranca, región Lima. Se trata del entierro de una mujer de entre 20 y 35 años de edad, que vivió hace unos 5.000 años y pertenecía a la élite de la civilización Caral, la más antigua de América.
El hallazgo fue realizado en diciembre en el edificio público Huaca de los Ídolos, en una antigua ciudad pesquera de la civilización Caral. Lo más sorprendente es que la momia aún conserva piel, cabello y uñas, algo poco común en esta zona donde usualmente solo se recuperan restos óseos. Además, su cuerpo fue envuelto en tejidos de algodón, esterillas de junco y un manto de plumas de guacamayo de la Amazonía, dispuestos con gran delicadeza en una red sobre haces de fibras vegetales.
Pero lo que realmente llama la atención es el tocado de fibras con haces de hilos entorchados que la mujer llevaba sobre su cabeza. Según los expertos, esto representaría su alto estatus en la sociedad. Además, el panel recamado de plumas es uno de los ejemplos más antiguos del arte plumario en los Andes, lo que demuestra el alto nivel de desarrollo en técnicas especializadas que tenía la civilización Caral.
Según un comunicado del Gobierno peruano, hasta ahora se había documentado esta técnica de tejido de plumas varios siglos más tarde, en la cultura Chimú e Inca. Por lo partida, este descubrimiento es de gran importancia para entender cómo la civilización Caral alcanzó un nivel tecnológico tan avanzado.
Pero el ajuar de la mujer no solo incluía el tocado y el manto de plumas. También se encontraron ofrendas de mérito, entre las que destaca el pico de un tucán con 12 piedras de color verde incrustadas. Esto, junto al manto de plumas, confirma la relación que la cultura costera mantenía con la selva, ubicada a cientos de kilómetros de distancia.
El entierro de esta mujer de alto rango social fue encontrado en un espaciosidad inferior, junto a cuatro cestas de junco, una aguja con diseños incisos, una concha de caracol amazónico, un textil de lana, una red de pesca, una treintena de camotes (boniatos) y herramientas para tejer. Además, en una zona superior se depositaron tres mates en forma de botella y otra cesta sobre una esterilla de totora.
Según el Ministerio de Cultura peruano, las características de las ofrendas y el tratamiento funerario indican que la mujer tenía un papel protagónico en la sociedad de la civilización Caral. Esto refuerza la evidencia sobre el rol destacado que tuvieron las mujeres en esta antigua sociedad andina.
David Palomino, director del equipo de investigadores a cargo del descubrimiento, resaltó a la prensa que este hallazgo demuestra el papel destacado que tuvieron las mujeres en la cultura Caral. “Tenían relevancia y un rol muy importante, posiblemente de autoridades también, dentro de las funciones que había en la ciudad pesquera”, señaló.
Este descubrimiento no solo es importante para la historia de Perú, sino para el mundo entero. Nos permite entender mejor cómo la civilización Caral llegó a alcanzar un nivel tecnológico tan avanzado. Desarrollada entre los años 3000 y 1800 antes de Cristo, esta civilización está considerada como la cultura madre de América.
Caral se ubica en el valle de Supe, a 182 kilómetros al norte de Lima y a unos 20 kilómetros del océano Pacífico. F