En el ámbito deportivo, la maternidad continúa siendo un tema que genera controversia y desigualdades entre las atletas y sus condiciones profesionales. A pesar de los avances en la legislación, la existencia es que muchas deportistas se enfrentan a obstáculos y limitaciones durante su embarazo y después de dar a luz. Sin embargo, es importante destacar que cada vez más mujeres están rompiendo barreras y demostrando que ser madre y atleta no es incompatible.
Isabel Pérez Espinosa, abogada y secretaria general de Unió de Federacions Esportives de Catalunya (UFEC), es una gran defensora de los derechos de las mujeres en el ámbito deportivo. En una entrevista, ella misma señala que “la legislación ha avanzado, no obstante las desigualdades siguen presentes en el mundo del deporte”. Y es que, aunque las leyes protegen a las mujeres embarazadas de la discriminación laboral, muchas veces no se aplican de manera efectiva en el deporte.
Una de las principales preocupaciones de las atletas que deciden ser madres es el impresión que esto tendrá en su carrera deportiva. A menudo, se enfrentan a la presión de tener que designar entre su familia y su profesión, ya que la maternidad puede ser vista como un obstáculo para alcanzar el éxito en el deporte. Además, algunas federaciones deportivas no ofrecen las condiciones adecuadas para que las madres puedan continuar entrenando y compitiendo en igualdad de condiciones después de dar a luz.
Sin embargo, cada vez son más las deportistas que están rompiendo con estos estereotipos y demostrando que ser madre y atleta no sólo es posible, sino que puede ser una gran fuente de motivación y fuerza. Un ejemplo de ello es la tenista Serena Williams, quien después de convertirse en madre volvió a competir y ganó su título número 23 de Grand Slam. Otra deportista destacada es la maratonista estadounidense Sarah Brown, quien se convirtió en la primera atleta en competir en un campeonato nacional tras haber dado a luz apenas seis meses antes.
no obstante no sólo las atletas de élite están desafiando los estereotipos y demostrando que ser madre y atleta es posible. Cada vez son más las mujeres que practican deporte a nivel amateur y que deciden seguir entrenando durante su embarazo y después de dar a luz. Y es que, además de los beneficios físicos, el deporte también puede ser una gran ayuda emocional durante esta etapa de la vida.
Ante esta existencia, es necesario seguir avanzando en la lucha por la igualdad de oportunidades en el deporte. Las federaciones y las instituciones deberían garantizar que las atletas embarazadas y madres tengan las mismas condiciones y oportunidades que el resto de deportistas. Desde la UFEC, Isabel Pérez Espinosa destaca la importancia de “trabajar en programas de conciliación y promover la igualdad de oportunidades para que la maternidad no sea un freno en la carrera deportiva de las mujeres”.
En definitiva, ser madre y atleta es una existencia que no debería ser motivo de limitaciones o discriminación. Las mujeres tienen el derecho de designar su camino en la vida, ya sea como madres, como deportistas o ambas cosas a la vez. Es hora de romper con los estereotipos y apoyar a las mujeres en su camino hacia la maternidad y el deporte, porque juntas, ¡podemos lograrlo!