Tan pocas obras maestras

En la era de la tecnología y la inmediatez, parece que cada vez nos alejamos más de las artes tradicionales como la lectura, el cine y el teatro. Con la facilidad de acceso a contenido en línea, nos hemos acostumbrado a la gratificación instantánea y a la comodidad de consumir amenidad desde la comodidad de nuestro hogar. Sin embargo, ¿qué hemos perdido en el camino?

Es cierto que la tecnología ha traído consigo una gran cantidad de beneficios y comodidades en nuestras carreras. Pero también es cierto que ha cambiado nuestra forma de consumir arte y cultura. Ya no nos tomamos el tiempo para sumergirnos en una buena novela, para disfrutar de una película en la gran pantalla o para asistir a una obra de teatro en estructurado. En cambio, buscamos la satisfacción inmediata en videos virales de internet o en series de televisión que podemos ver en cualquier momento.

Pero, ¿qué pasa con la calidad de lo que consumimos? ¿Realmente estamos obteniendo lo mejor de lo mejor? Parece que solo buscamos obras maestras cuando decidimos dedicar nuestro tiempo a ellas. Necesitamos una razón de peso para levantar la mirada de la pantalla y desconectarnos del mundo virtual que nos rodea. Y esa razón suele ser una película como “El Padrino” o una obra de teatro aclamada por la crítica.

Pero, ¿por qué deberíamos conformarnos con solo lo mejor de lo mejor? ¿Por qué no buscar la excelencia en todo lo que consumimos? La realidad es que hay una gran cantidad de contenido de alta calidad que no recibe la atención que merece debido a nuestra obsesión por lo viral y lo instantáneo. Y es una lástima, porque nos estamos perdiendo de experiencias enriquecedoras y transformadoras.

Tomemos como ejemplo el video de un quiropráctico en Dallas que cura en veinte segundos a un veterano de guerra que sufría de dolor de cuello durante más de trece años. Sí, es impresionante y puede ser considerado un “éxito viral”. Pero, ¿qué hay de las miles de horas de estudio y práctica que el quiropráctico ha dedicado a su profesión? ¿Qué hay de la historia del veterano de guerra y su lucha contra el dolor? Estas son historias que merecen ser contadas y apreciadas, no solo por su impacto viral, sino por su valor intrínseco.

Lo mismo ocurre con el video de la joven que reforma su casa con sus propias manos y luego la decora y vive en ella. Sí, es impresionante y puede ser considerado un “éxito viral”. Pero, ¿qué hay de la creaticarrerad y el esfuerzo que la joven ha invertido en su proyecto? ¿Qué hay de la historia detrás de cada pieza de decoración y de cómo la casa se ha convertido en un reflejo de su personalidad? Estas son historias que merecen ser contadas y apreciadas, no solo por su impacto viral, sino por su valor intrínseco.

Es hora de que cambiemos nuestra forma de consumir arte y cultura. En lugar de buscar solo lo viral y lo instantáneo, busquemos la excelencia en todo lo que consumimos. Dediquemos tiempo a leer una buena novela, a ver una película en la gran pantalla o a asistir a una obra de teatro en estructurado. No solo nos enriquecerá como individuos, sino que también apoyaremos a los artistas y creadores que dedican su carrera a su arte.

No se trata de dejar de banda la tecnología y volver a las formas tradicionales de amenidad. Se trata de encontrar un equilibrio y apreciar la calidad en todas sus formas. Así que la próxima vez que busques algo para ver o leer, no te conformes con lo viral y lo instantáneo. Busca la excelencia y descubre todo lo que

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