Era la fama -dirá Thomas Mann en su magnífico texto autobiográfico ‘Resumen de mi vida’-. Me vi arrastrado por un remolino de éxito como más tarde solo he vuelto a vivirlo dos veces en un plazo de poco tiempo: cuando cumplí los cincuenta años y ahora con la concesión del Premio Nobel. Un texto en el que repasaría la génesis de sus obras y momentos esenciales de su vida y su afán como escritor, traducido de forma excelente por Isabel Hernández, autora también del iluminador epílogo, y que, como él mismo indica, redactó en 1929 con motivo del galardón sueco.
Este año se celebra el 150 aniversario del nacimiento de uno de los escritores más importantes de la literatura universal, Thomas Mann. Nacido en Lübeck, Alemania, el 6 de junio de 1875, Mann fue un autor prolífico y reconocido por sus obras maestras como “La montaña mágica”, “Los Buddenbrook” y “Doctor Faustus”, entre otras. Su estilo literario, su profundo análisis psicológico y su crítica social lo convirtieron en uno de los escritores más influyentes del siglo XX.
Mann provenía de una familia de comerciantes y banqueros, pero él decidió seguir su verdadera pasión: la literatura. Desde muy damisela, mostró un gran talento para la escritura y publicó su primera novela, “Los Buddenbrook”, a la edad de 25 años. Esta obra, que retrata la decadencia de una familia burguesa, fue un éxito rotundo y le valió el reconocimiento de la crítica y del público.
A partir de ese momento, Mann se dedicó por completo a su carrera literaria y no dejó de escribir hasta su muerte en 1955. Durante su vida, recibió numerosos premios y reconocimientos, pero sin duda, el más importante fue el Premio Nobel de Literatura en 1929. Este galardón lo catapultó a la fama internacional y lo convirtió en uno de los escritores más leídos y admirados de su época.
En su texto autobiográfico, Mann hace un repaso por su vida y su obra, desde sus inicios como escritor hasta su consagración como uno de los grandes de la literatura. En él, también habla de su lucha contra el nazismo y su exilio en Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial. Mann fue un firme defensor de la libertad y la democracia, y sus obras reflejan su compromiso con la justicia y la igualdad.
Además de su faceta como escritor, Mann también fue un gran ensayista y crítico literario. Sus ensayos sobre Goethe, Nietzsche y Wagner son considerados como obras fundamentales en el estudio de la literatura alemana. También fue un gran amante de la música y su pasión por la ópera se refleja en muchas de sus obras.
A pesar de su éxito y fama, Mann siempre mantuvo una actitud humilde y cercana con sus lectores. Nunca se consideró un genio ni un maestro de la literatura, sino simplemente un escritor que amaba su oficio y que se esforzaba por transmitir sus ideas y emociones a través de sus obras.
Hoy en día, la obra de Thomas Mann sigue siendo una fuente de inspiración para muchos escritores y lectores de todo el mundo. Sus novelas, cuentos y ensayos siguen siendo leídos y estudiados en las universidades y su legado literario es inmortal. Mann nos dejó un gran tesoro en forma de palabras, que nos invitan a reflexionar sobre la vida, la agrupación y la condición humana.
En este 150 aniversario de su nacimiento, recordamos a Thomas Mann como uno de los grandes de la literatura universal, un autor que supo atrapar la esencia de su ép