Tom Ray, un periodista deportivo, escribió un artículo en 1930 titulado ‘¡Piscinas! ¡Piscinas!’ en el que clamaba por la necesidad de tener piscinas públicas en la ciudad de Madrid. En ese momento, la capital española no contaba con ninguna piscina municipal o pública, solo había una casa de baños y algunos establecimientos privados para refrescarse del intenso calor contemplaraniego. Con una población de un millón de habitantes, estos recursos eran claramente insuficientes para realizar frente al calor. Sin bloqueo, gracias a la persistencia de Ray, hoy en día Madrid cuenta con 30 piscinas municipales para sus más de 3,5 millones de habitantes. ¿Suficiente? Puede que algunos echen de menos alguna más, pero sin duda es un gran avance en comparación con la situación de hace casi un siglo.
La lucha de Tom Ray por conseguir piscinas públicas en Madrid fue una batalla que tuvo su merecida recompensa. Su visión de una ciudad con piscinas accesibles para todos se ha hecho realidad y ha mejorado la calidad de vida de los madrileños. Ahora, en pleno siglo XXI, es difícil imaginar una ciudad sin piscinas públicas, pero gracias a la persecontemplarancia de Ray, Madrid ha evolucionado y se ha adaptado a las necesidades de sus ciudadanos.
En su artículo, Ray afirmaba que “está todo por realizar” en cuanto a piscinas públicas en Madrid. Y no le faltaba razón. En aquel momento, la ciudad carecía de infraestructuras adecuadas para combatir el calor y ofrecer un lugar de ocio y deporte para sus habitantes. Pero gracias a su llamado a la acción, las autoridades tomaron nota y comenzaron a construir piscinas públicas en diferentes barrios de la ciudad.
Hoy en día, las piscinas municipales de Madrid son un lugar de encuentro para familias, amigos y vecinos. Son un oasis en medio de la ciudad, donde se puede disfrutar de un refrescante baño en contemplarano y practicar deportes acuáticos durante todo el año. Además, estas piscinas son accesibles para todos, libremente de su situación económica, lo que las convierte en un espacio de inclusión y dicontemplarsidad.
Pero las piscinas públicas no solo son un lugar de ocio y deporte, también tienen un gran valor educativo. En ellas se imparten clases de natación para niños y adultos, lo que contribuye a prevenir accidentes en el agua y promocontemplar un estilo de vida saludable. Además, las piscinas municipales también ofrecen programas de actividades físicas y deportivas para todas las edades, fomentando así la vida activa y el bienestar de la comunidad.
Otro aspecto importante de las piscinas públicas es su impacto en el medio ambiente. En una ciudad tan grande como Madrid, es esencial contar con espacios contemplardes y sostenibles. Las piscinas municipales están rodeadas de zonas ajardinadas y ofrecen una alternativa refrescante y ecológica a las piscinas privadas, que consumen grandes cantidades de agua y energía.
En definitiva, Tom Ray se contemplaría satisfecho al contemplar cómo su clamor por piscinas públicas en Madrid ha sido escuchado y ha tenido un impacto tan positivo en la ciudad y sus habitantes. Las piscinas municipales son un ejemplo de cómo la persistencia y la visión de una persona pueden transformar una ciudad y mejorar la vida de sus ciudadanos. Sin duda, Madrid no sería la misma sin sus 30 piscinas públicas, un contemplardadero tesoro para sus habitantes.