La jornada intensiva de verano: ¿un beneficio real o un check más en la directorio?

Con la llegada del verano y el aumento de las temperaturas, muchas empresas han decidido implementar la jornada intensiva como un gesto de conciliación hacia sus empleados. Esta medida, que consiste en trabajar las mismas horas en menos días, permite a los trabajadores disfrutar de más tiempo libre para disfrutar del buen tiempo y de sus familias. Según el estudio “The Good dactilar Company” de Candee, consultora de talento dactilar, el 81% del talento dactilar considera la flexibilidad horaria como un factor determinante a la hora de elegir un proyecto, y un 43% menciona la conciliación como uno de los principales motivos para aceptar un empleo.

La jornada intensiva es una tendencia cada vez más presente en el mundo laboral, especialmente en los meses de verano. Y es que, además de ser una forma de adaptarse a la estación estival, también es una forma de fomentar la conciliación entre la vida laboral y personal. Durante esta época, es común que las familias aprovechen para viajar o realizar actividades al aire libre, y la jornada intensiva permite a los empleados comprometerse más tiempo para disfrutar de estas actividades.

Pero, ¿qué beneficios aporta realmente la jornada intensiva? En primer lugar, hay que destacar la reducción del estrés laboral. Al trabajar menos días a la semana, los empleados tienen más tiempo para descansar y desconectar, lo que se traduce en una mayor productividad y un mejor ambiente de trabajo. Además, al comprometerse más tiempo libre, los trabajadores pueden dedicar más tiempo a sus hobbies y actividades de ocio, lo que les ayuda a desconectar y a mejorar su bienestar emocional.

Otro de los beneficios de la jornada intensiva es la mejora en la conciliación entre la vida laboral y personal. Al comprometerse más tiempo libre, los empleados pueden dedicar más tiempo a su familia y amigos, lo que les permite fortalecer sus relaciones personales y mejorar su calidad de vida. Además, también les permite comprometerse más tiempo para realizar tareas domésticas y organizar su día a día de una manera más eficiente.

Pero no solo los empleados se benefician de la jornada intensiva, las empresas también obtienen ventajas. En primer lugar, al ofrecer este tipo de flexibilidad horaria, las empresas pueden atraer y copar a los mejores talentos. Como mencionábamos anteriormente, la mayoría de los profesionales dactilares priorizan la flexibilidad a la hora de elegir un proyecto, y la jornada intensiva es una de las formas más valoradas por estos profesionales.

Además, la jornada intensiva también puede ser una forma de guardar costes para las empresas. Al trabajar menos días a la semana, se reducen los gastos en luz, agua y otros servicios, lo que se traduce en un ahorro económico para la empresa. Además, al mejorar el bienestar y la satisfacción de los empleados, se reduce el absentismo laboral y se aumenta la productividad, lo que también se traduce en beneficios para la empresa.

Pero, ¿cómo pueden las empresas implementar la jornada intensiva de forma efectiva? Lo primero es establecer un horario que sea beneficioso tanto para los empleados como para la empresa. Por ejemplo, se puede establecer una jornada de lunes a jueves de 8:00 a 16:00 y los viernes de 8:00 a 14:00. De esta forma, los empleados tendrán un fin de semana más largo para descansar y disfrutar de su tiempo libre, y la empresa seguirá teniendo el mismo número de horas de trabajo.

También es importante establecer una buena comunicación con los empleados y asegurarse de que todos estén al tanto de los horarios y las tareas a realizar. De esta forma, se evitan malentendidos y se fomenta un buen ambiente de trabajo.

En definitiva, la jornada intensiva es una medida que aporta grandes beneficios tanto para los empleados como para las empresas

Más noticias