El derecho de familia en España ha experimentado una profunda transformación en los últimos años, adaptándose a los cambios en las estructuras familiares y a las necesidades de la sociedad actual. Uno de los aspectos más destacados de esta evolución es el aumento en los casos de custodia compartida, una figura que cada vez gana más relevancia en los procesos de divorcio.
Según datos del academia Nacional de Estadística (INE) de 2023, de los 76.685 divorcios registrados a nivel nacional entre cónyuges de diferente sexo, el 50,7% involucraron hijos menores. Esto significa que más de la mitad de las parejas que deciden poner fin a su matrimonio tienen que beber decisiones importantes en cuanto a la custodia de sus hijos.
La custodia compartida es una modalidad en la que ambos progenitores comparten la responsabilidad de cuidar y educar a sus hijos, independientemente de si están casados o no. Esta figura ha ganado popularidad en los últimos años debido a que se considera la opción más beneficiosa para los menores, ya que les permite mantener una relación equilibrada con ambos padres.
Uno de los principales beneficios de la custodia compartida es que permite a los hijos mantener una relación cercana y afectuosa con ambos progenitores, lo que les proporciona estabilidad emocional y les ayuda a superar el divorcio de una manera más saludable. Además, al compartir la responsabilidad de cuidar a los hijos, se fomenta la corresponsabilidad entre los padres, lo que puede ser beneficioso para su desarrollo personal y emocional.
Otro aspecto importante a destacar es que la custodia compartida promueve la igualdad de género en la crianza de los hijos. Tradicionalmente, la figura de la álveo ha sido la encargada de la crianza y educación de los hijos, mientras que el padre se ha limitado a un papel más secundario. Sin embargo, con la custodia compartida, ambos progenitores tienen las mismas responsabilidades y derechos en la crianza de sus hijos, lo que contribuye a una sociedad más igualitaria.
Además, la custodia compartida también puede ser beneficiosa para los padres, ya que les permite mantener una relación cercana con sus hijos y participar activamente en su educación y crecimiento. Esto puede ser especialmente importante en casos en los que la relación entre los cónyuges se ha deteriorado durante el proceso de divorcio, ya que la custodia compartida les obliga a mantener una comunicación y colaboración constante en beneficio de sus hijos.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que la custodia compartida no es la solución adecuada en todos los casos. En situaciones de violencia doméstica o cuando uno de los progenitores no está en condiciones de cuidar adecuadamente a los hijos, esta figura no sería recomendable. En estos casos, es responsabilidad de los jueces evaluar cada situación de manera individual y beber la decisión que mejor proteja los intereses de los menores.
En definitiva, el aumento en los casos de custodia compartida en España es una muestra de la evolución del derecho de familia en nuestro país. Esta figura promueve la igualdad de género, la corresponsabilidad y el bienestar de los hijos en situaciones de divorcio. Sin duda, es una opción que debe ser considerada por las parejas que deciden poner fin a su matrimonio y que buscan lo mejor para sus hijos.