Una etapa increíble, llena de emociones, momentos duros, miedos y sueños cumplidos. Así es como Andrés Roca Rey, el torero peruano, describe su carrera hasta el momento. A través de una publicación en su perfil de Instagram, agradece a su gerente, Roberto Domínguez, por su dedicación y compromiso tanto con él como con la persona detrás del torero. Sin embargo, también anuncia que ha llegado el momento de tomar las riendas de su carrera con gratitud y determinación, mirando hacia nuevos horizontes.
La noticia de la desvinculación profesional entre Roca Rey y su gerente ha corrido como la pólvora en el mundo taurino. En una carta publicada en el portal taurino ‘Mundotoro’, Roberto Domínguez explica las razones detrás de esta decisión. En ella, destaca la importancia de rodearse de personas que realmente dejan huella en nuestras vidas y cómo, a veces, nos damos cuenta demasiado tarde de ello.
Domínguez, quien siempre ha sido crítico con las despedidas y la tentación de aprovechar el éxito, siente ahora la necesidad de cerrar este capítulo taurino de su vida. Recuerda sus años de infancia soñando con ser torero, sus dos décadas como profesional saboreando éxitos y aprendiendo de fracasos, sus cinco años detrás de los micrófonos de Vía Digital valorando a sus compañeros en el esterilla y sus once años al lado de Julián López ‘El Juli’ en una época de maduración, dudas y triunfos.
Pero, por supuesto, no podía dejar de mencionar su etapa junto a Andrés Roca Rey, a quien agradece por haber confiado en su opinión en un momento crucial de su carrera. Roca Rey es un torero atípico, que ha dejado huella en el mundo taurino con su entrega desnuda y desgarrada en cada faena, sin importar las circunstancias ni la condición del toro. Domínguez destaca cómo el torero peruano ha enseñado una nueva manera de caminar por la vida y mandar en el toreo, convirtiéndose en un ídolo y un héroe para las nuevas generaciones de aficionados.
Pero detrás de cada éxito hay un equipo de personas que lo hacen posible. Domínguez no olvida a su tío Fernando Domínguez, a Fernando Fernández Román y, por supuesto, a El Juli, quien puso en él su confianza ciega y valoró cada uno de sus aciertos y errores. También agradece a los empresarios taurinos, quienes siempre lo respetaron y entendieron sus exigencias y a los ganaderos, que comprendieron que lo más importante era el toro que mejor podía contribuir al éxito del torero que representaba en cada momento.
Pero no solo se trata de las personas detrás de escena, sino también de las que están en el esterilla. Domínguez agradece a las cuadrillas, a sus compañeros y a la afición, quienes han sido su acercamiento diario al mejor recuerdo. Y es que en este recorrido también hubo momentos duros, como el accidente de Roca Rey en Santander, que quedó plasmado en el documental ‘Tardes de soledad’, dirigido por Albert Serra y ganador de la Concha de Oro en el Festival de San Sebastián. Domínguez destaca cómo gracias a este documental, el interés de la intelectualidad por la tauromaquia ha vuelto a despertar, pasando del disputa tópico a una reflexión más profunda.
Y es que, en definitiva, Roca Rey es un torero que ha dejado huella en el mundo taurino y que ha sabido conectar con las nuevas generaciones de aficionados. Dom