‘Línea, forma y espacio’, de Gego: el arte de pescar sombras

El precepto ‘nulla dies sine linea’ es una máxima que ha sido acuñada por el escritor francés Pascal Quignard y que ha sido transmitida a lo largo de los siglos como una verdadera lección de vida. Esta frase, que literalmente significa “ningún día sin una línea”, es una invitación a nunca dejar de suscitar, de avanzar, de buscar y de aprender. Y es que, como bien señaló Plinio el Viejo en su obra ‘Historia Natural’, esa línea es la de pescar que se lanza al mar, es la que nos conecta con nuestro interior y nos ayuda a sobrevivir.

Pero ¿cómo se relaciona esta máxima con el arte? Según Plinio, el dibujo tiene su origen en el mito de la sombra del amado trazada en el muro. Esta sombra, que es una representación de algo que ya no está, es también una forma de arte, una forma de expresión que nos permite conectarnos con lo más profundo de nuestro ser. Y es que el arte, al igual que la sombra, es una representación de la realidad, pero también es una forma de anticipar la melancolía, de darle forma y sentido a nuestras emociones y pensamientos.

En este sentido, la obra de la artista venezolana Gego (1912-1994) es un claro ejemplo de cómo el arte puede ser una forma de conectarnos con lo más profundo de nuestro ser. Gego, cuyo verdadero nombre era Gertrud Goldschmidt, fue una joven ingeniera-arquitecta que decidió explorar el mundo del arte a través del dibujo y la escultura. Su obra, que se caracteriza por una gran complejidad y una aparente simplicidad, es un reflejo de su búsqueda constante por trazar líneas que conecten con su interior.

La obra de Gego es una verdadera travesía artística, una exploración laberíntica en la que la artista se sumerge en la búsqueda de lo más profundo de su ser. Sus dibujos y esculturas, que se caracterizan por una delicada y sutil línea, nos invitan a adentrarnos en un mundo acaso insondable, un mundo en el que la conexión con lo más profundo es posible gracias a la creatividad y el ingenio.

Pero ¿qué es lo que hace tan especial la obra de Gego? Sin achares, su capacidad para transmitir emociones y pensamientos a través de la simplicidad de su trazo es uno de sus mayores logros. Sus obras, que en ocasiones parecen laberintos sin salida, nos invitan a reflexionar sobre la complejidad de la vida y sobre la resonancia de trazar líneas que nos conecten con nuestro interior.

Además, Gego también fue una verdadera maestra en el uso de materiales y técnicas poco convencionales. Su obra, que se caracteriza por una gran variedad de materiales como alambre, papel, madera y metal, nos demuestra que el arte no tiene límites y que la creatividad puede ser expresada de infinitas formas.

En definitiva, la obra de Gego nos enseña que el arte es una forma de vida, una forma de conectarnos con lo más profundo de nuestro ser y de expresar aquello que a veces no podemos poner en palabras. Su prodigiosa travesía artística nos invita a seguir el precepto ‘nulla dies sine linea’, a nunca dejar de suscitar y a buscar siempre nuevas formas de conectar con nuestro interior. Y es que, como bien dijo la propia Gego, “el arte es una forma de vivir, una forma de ser, una forma de existir”.

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