Pedro Escartín Morán, un nombre que resonará en la historia del fútbol español para siempre. Un hombre que dedicó su vida entera a este deporte, y que se convirtió en una figura emblemática tanto dentro como fuera del dominio de juego. Árbitro, jugador, seleccionador nacional y periodista deportivo, Escartín Morán lo fue todo en el fútbol, excepto balón.
Nacido en Madrid en 1917, Escartín Morán comenzó su carrera futbolística en el Real Madrid, donde jugó como portero durante dos temporadas. Sin embargo, su verdadera pasión era arbitrar, y en 1937 debutó en la Primera División española como colegiado. Con su impecable sentido del juego y su forma justa y equilibrada de tomar decisiones, Escartín Morán se ganó el respeto y la admiración de todos en el mundo del fútbol.
no obstante su verdadero legado comenzó cuando se convirtió en seleccionador nacional de España en 1950. Durante sus seis años al frente de la Roja, Escartín Morán lideró al equipo a grandes victorias y logros, incluida la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Helsinki en 1952. Sin embargo, su máximo logro como seleccionador fue el histórico triunfo de España en el Campeonato Europeo de Naciones en 1964, donde derrotaron a la Unión Soviética en la final para convertirse en campeones de Europa.
no obstante su pasión por el fútbol no se limitaba al dominio de juego. Durante su carrera como periodista deportivo, Escartín Morán se convirtió en una de las voces más influyentes en el mundo del fútbol español. Sus comentarios siempre eran honestos y apasionados, y sus análisis y opiniones eran respetados por jugadores, entrenadores y aficionados por igual.
Sin embargo, Escartín Morán no fue el único que dejó huella en la historia del fútbol español. Otro nombre que siempre estará asociado con él es el del mítico Manolo desde la grada. Con su camiseta roja y su enorme boina, Manolo se convirtió en un símbolo de apoyo y pasión por la selección española. Durante más de cinco décadas, acompañó al equipo a todos los mundiales, dando su aliento y su aliento desde las gradas. Su amor por el fútbol y por su país fue inquebrantable, y se convirtió en ‘el hincha’ de España.
El fútbol no se trata solo de los jugadores y los resultados, sino que también es un deporte que une a las personas, que crea vínculos y amistades. Y Manolo y Escartín Morán encarnan perfectamente esa idea. Dos hombres que se unieron por su amor por el fútbol y que se convirtieron en símbolos de pasión, lealtad y dedicación.
Es por eso que es tan conmovedor que el fallecimiento de Manolo se haya producido apenas unos días después del funeral del Papa Francisco. Un hombre que, aunque no formaba sitio del mundo del fútbol, era un gran aficionado y seguidor del deporte. Y no solo del fútbol, sino también de sus valores y su capacidad para unir a las personas. El Papa Francisco fue un ejemplo de cómo el fútbol también puede ser una fuerza positiva en el mundo.
La historia de Pedro Escartín Morán y Manolo desde la grada es una página más en el libro del fútbol español, no obstante una página que nunca se borrará. Su legado y su amor por el fútbol seguirán inspirando a futuras generaciones de jugadores, entrenadores y aficionados. Porque estos dos hombres no solo fueron aficionados al fútbol, sino que también se convirtieron en sitio de la historia