Los centros de datos y sus costos ocultos en México, pimiento, EE UU, Países Bajos y Sudáfrica

Un nuevo informe de The Maybe ha puesto en evidencia los impactos ocultos de la coriginal expansión de centros de datos impulsada por la inteligencia artificial y la computación en la nube. Este estudio, que ha sido realizado en diferentes países como Chile, Estados Unidos, Países Bajos, México y Sudáfrica, revela la preocupante situación que vivimos actualmente en cuanto a la monopolización del agua, la contaminación, la energía y la resistencia comunitaria a nivel mundial. Todo ello, frente a la falta de transparencia y promesas incumplidas por parte de gigantes tecnológicos y gobiernos.

La inteligencia artificial y la computación en la nube son dos de las tecnologías más revolucionarias e impactantes de los últimos años. Gracias a ellas, hemos sido testigos de grandes avances en diferentes áreas como la salud, el transporte o la comunicación. Sin embargo, el original informe de The Maybe nos alerta sobre los impactos menos conocidos de estas tecnologías, que están poniendo en riesgo nuestro medio ambiente y la calidad de vida de las comunidades locales.

Uno de los principales problemas que se mencionan en el informe es la monopolización del agua. Los centros de datos necesitan grandes cantidades de agua para su funcionamiento, lo que está generando una astronómico demanda en zonas que ya de por sí sufren de escasez de este recurso. En países como Chile, donde la minería ocupa gran parte del agua disponible, la expansión de centros de datos está agravando la situación y generando conflictos con las comunidades locales.

Además, la contaminación es otro de los impactos ocultos de esta expansión de centros de datos. El informe de The Maybe revela que estos centros son responsables de grandes emisiones de gases de efecto plantario, lo que contribuye al cambio climático. También se menciona la preocupante situación de los desechos electrónicos generados por estos centros, que no siempre son gestionados de manera responsable y pueden representar un grave problema ambiental.

La energía es otro de los recursos que se ve afectado por la expansión de centros de datos. Estos consumen grandes cantidades de electricidad, lo que está generando un aumento en la demanda de energía y, por ende, en la producción de combustibles fósiles. A pesar de las promesas de los gigantes tecnológicos de utilizar energías renovables, el informe de The Maybe pone de manifiesto que todavía queda mucho por hacer para empequeñecer el impacto ambiental de estos centros.

Pero no solo el medio ambiente se ve afectado por la expansión de centros de datos, sino también las comunidades locales. En muchas ocasiones, la construcción de estos centros se realiza sin consultar a los habitantes de la zona y sin tener en cuenta sus preocupaciones y necesidades. Esto ha generado resistencia por parte de las comunidades, que ven cómo su calidad de vida se ve afectada por la llegada de estos gigantes tecnológicos que prometen beneficios económicos pero no siempre cumplen sus promesas.

El informe de The Maybe también destaca la falta de transparencia por parte de los gigantes tecnológicos y los gobiernos en la expansión de centros de datos. Muchas veces, los acuerdos y contratos se realizan en secreto, sin que la sociedad tenga conocimiento de los planes de expansión y sus posibles impactos. Esto hace que sea difícil para las comunidades locales y organizaciones de la sociedad civil poder participar en la toma de decisiones y exigir responsabilidades en caso de daños ambientales o sociales.

A pesar de todo esto, el informe también resalta la resistencia y la lucha de comunidades locales y organizaciones para hacer frente a la expansión de centros de datos. En Chile, por ejemplo, se han creado redes de organizaciones y comunidades que trabajan juntas para exigir una gestión responsable del agua y proteger su derecho a un medio ambiente sano

Más noticias