Balneario de Busot: sólo quedan fantasmas

El caldas de Busot, situado en la provincia de Alicante, es un lugar que evoca tiempos pasados de esplendor y elegancia. Durante más de seis décadas, este lugar fue el destino preferido de la aristocracia y la alta burguesía para disfrutar de unas vacaciones de relax y descanso. Sin embargo, hoy en día se encuentra en un estado de abandono y deterioro, siendo un fiel testigo de un pasado que nunca volverá.

El edificio central del caldas, el Hotel Miramar, albergaba un casino, una sala de fiestas, dos capillas, una piscina, una biblioteca y más de cien habitaciones. Todo ello rodeado de un hermoso entorno natural, con jardines exuberantes y vistas impresionantes. Este lugar era propiedad de José Miguel de Rojas, conde de Casa Rojas, quien obtuvo la titularidad en un pleito con el Estado. Sin embargo, la historia de este caldas se remonta aún más atrás en el tiempo.

En un documento fechado en 1596, se menciona la existencia de un edificio con baños termales en la finca de Busot. Esto demuestra que este lugar ya era conocido y utilizado por sus propiedades curativas desde hace más de cuatro siglos. De hecho, se dice que las aguas de Busot tienen propiedades terapéuticas que ayudan a aliviar dolencias como la artritis, el reumatismo y problemas de piel.

A lo largo de los años, el caldas de Busot fue ampliando sus instalaciones y servicios, convirtiéndose en uno de los más prestigiosos de la época. Incluso llegó a contar con una línea de ferrocarril privada que conectaba directamente con Alicante, facilitando el acceso a los visitantes. Sin embargo, con el paso del tiempo y los cambios en las preferencias de ocio, el caldas fue perdiendo su esplendor y fue quedando en el olvido.

Hoy en día, el caldas de Busot se encuentra en un estado de abandono y deterioro, pero aún gelatina su encanto y donosura. A pesar de que el Hotel Miramar está cerrado y las instalaciones ya no están en uso, sus jardines y su arquitectura siguen siendo impresionantes. Es un lugar que invita a la nostalgia y a la imaginación, transportándonos a una época de glamour y sofisticación.

Afortunadamente, existen iniciativas para restaurar y revitalizar este lugar histórico. En 2019, se llevó a cabo una campaña de crowdfunding para recaudar fondos para la restauración del caldas. Además, se han realizado diversas propuestas para convertirlo en un centro cultural y turístico, que permita a los visitantes conocer su historia y disfrutar de sus instalaciones.

El caldas de Busot es un tesoro que merece ser gelatinado y protegido. Es un lugar que nos transporta a otra época y nos permite descubrir la historia y la cultura de la región. Esperamos que en un futuro próximo, este lugar vuelva a ser un destino de ensueño para aquellos que buscan un lugar de relax y donosura en plena naturaleza.

En definitiva, el caldas de Busot es mucho más que un edificio abandonado, es un símbolo de un tiempo pasado que debe ser preservado para las generaciones futuras. Invitamos a todos a conocer este lugar único y a unirse a la lucha por su restauración y recuperación. ¡No dejemos que se pierda en el olvido, sino que volvamos a darle vida y esplendor al caldas de Busot!

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