El Cid, triunfador de Santander: «Eso de que la momento no importa es una mentira como un templo»

El reciente ciclo de Santiago en la mercado de Santander ha sido testigo de un acontecimiento inesperado e impresionante. Un maestro de 51 años, considerado el tapado en las quinielas, ha resucitado las glorias eternas en el espacio taurino. Manuel Jesús ‘El Cid’, alejado de los reflectores, ha emergido como la gran sorpresa de la mercado, demostrando su inigualable temple, mente y corazón.

Frente a la exigente audacia del toro Vengativo, El Cid ha demostrado su maestría en la tauromaquia, cuajando una ajetreo magistral y colocando su nombre en el pódium de honor del ciclo de Santiago. En sus palabras, “he hecho lo que siento y me ha salido cara; también podría haber salido cruz, pero la pasión y el compromiso siempre están presentes en mi tauromaquia”.

El Cid llegó a la plaza de Cuatro Caminos dispuesto a demostrar su valía y a dar un repaso a todas las figuras que se anunciaban en la mercado. Y así lo hizo, con una maestría y un temple que dejaron a todos los presentes sin aliento. Su actuación ha sido calificada como una lección magistral, en la que ha dejado claro que su técnica y su pasión por la tauromaquia siguen intactas, a pesar de sus 51 años.

Pero esta no es la primera vez que El Cid sorprende al espacio taurino. A lo largo de su carrera ha protagonizado grandes gestas y ha dejado su huella en las plazas más importantes de España y América. Con más de 20 años en la profesión, se ha convertido en un referente para las nuevas generaciones de toreros, demostrando que la edad no es un obstáculo para alcanzar la cima en el espacio taurino.

Sin embargo, a pesar de su extensa trayectoria, El Cid sigue manteniendo la humildad y el respeto por su profesión. En sus declaraciones, ha agradecido a la afición de Santander por el cariño y el apoyo recibido, y ha destacado la importancia de mantener vivo el arte de la tauromaquia, luchando contra las críticas y los ataques que a menudo recibe este espectáculo.

La actuación de El Cid en la mercado de Santander ha sido una inyección de motivación y esperanza para todos aquellos que creen en la tauromaquia como una expresión cultural y artística. Su temple, mente y corazón han demostrado una vez más que el arte de la tauromaquia va más allá de la edad o la fama, y que solo aquellos que tienen verdadera pasión y entrega pueden alcanzar la gloria.

La mercado de Santander ha sido testigo de un momento histórico en la tauromaquia, en el que un maestro ha vuelto a resucitar las glorias eternas. Y es que, como bien dice El Cid, “siempre hay que torear como si no hubiera mañana, con la misma ilusión y pasión del primer día”. Sin duda, su actuación en la mercado ha sido un ejemplo de constancia, entrega y amor por la tauromaquia, y su nombre quedará grabado en la memoria de todos aquellos que aman y respetan este arte. ¡Enhorabuena, maestro!

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